A la hora de comercializar la carta digital de EntreCartas nos
ponemos en contacto diario con infinidad de hosteleros que nos mantienen
informados del día a día del sector con sus comentarios, opiniones, dudas y
sugerencias.
Una de las tendencias que más nos ha sorprendido últimamente
en el continuo feedback que recibimos es la idea que tienen algunos
responsables y gerentes de que ofrecer
imágenes de los platos en la carta
de un restaurante es perjudicial para el negocio. No han sido ni uno ni
dos, han sido un buen número de hosteleros los que nos han advertido de que el
hecho de ofrecer a los clientes una fotografía de lo que se van a llevar a la
boca es propio de “locales con poca clase” o de “restaurantes mediocres”. ¿Es
eso cierto? ¿Perjudica tener imágenes en la carta de un negocio hostelero? ¿Es
realmente poco ‘cool’ ofrecer fotos de los productos?
Nosotros nos posicionamos claramente: no beneficiarse del potencial de la imagen a la hora de presentar un
plato en la carta es un error. ¿En qué sector se ha visto que no se
ofrezcan fotos de los productos o servicios? Como ya decíamos en el post de Las
7 ventajas de utilizar una carta digital en tu restaurante , ¿nos
imaginamos ir a comprar un coche sin haber visto si nos gusta estéticamente?
¿Sería posible llegar al concesionario y que nos diesen un folleto con los
nombres de los modelos y las características y tener que elegir sin saber cómo
es por fuera? Esto es aplicable a cualquier negocio. ¿Compraríamos sin ver la
ropa que nos vamos a poner, o un sofá para nuestro salón? Creo que la respuesta
a estas preguntas es obvia.
Pero entonces, ¿de
dónde procede esa demonización de las fotos en la carta de un restaurante
que hace que se asocie a negocios de poco nivel?
La calidad de la foto, clave
Puede que esta idea provenga de que cuando se piensa en
imágenes en la carta, se asocia a
fotografías de mala calidad que aun por encima, no se suelen corresponder
con el producto real y no a instantáneas hechas con sumo cuidado para reflejar
los aromas, colores y texturas de un plato.
Está claro que las
fotos en la carta son un factor promocional importantísimo y un imán tremendamente
atractivo para atraer clientes, pero es imprescindible para lograrlo que
sean de calidad y que se ajusten realmente al plato que vamos a ofrecer a
nuestros clientes. Por un lado, debemos
cuidar la iluminación, el fondo de la imagen o el ángulo desde el que vemos la
comida se convierten en factores de éxito para lograr nuestros objetivos de
venta.
Pero además debemos tener presente otro factor muy
importante: la foto debe ser objetiva y honesta. Si la imagen del plato no se corresponde
con lo que finalmente se va a tomar el cliente, este se sentirá defraudado y un
poco engañado y conseguirás el efecto contrario a lo que se pretende.
La ciencia lo prueba: comemos con los ojos
Esta idea de que comemos con los ojos no es una frase hecha
más. Investigadores del Instituto Max Planck de Alemania lo han probado
científicamente: basta con ver un plato
de comida de aspecto delicioso para que se estimule nuestra voracidad.
Concretamente, la imagen de la comida aumenta la concentración sanguínea de la
hormona grelina, también conocida como la hormona del hambre, responsable de la
sensación de apetito.
Por eso, de manera inconsciente, el ticket medio de un restaurante con fotografías en la carta suele
incrementarse un 10 %. Y no solo eso, hace que se consiga dar salida a
platos con un nombre poco atractivo pero muy sugerentes estéticamente.
A esto se agarran muchos de los mejores restaurantes de
España, gran parte de ellos con estrellas Michelin y soles Repsol que no solo
sacan fotos a tus platos, si no que las incluyen en su carta de productos para maximizar
la experiencia gastronómica de sus clientes. Ejemplos tenemos en Restaurante Lasarte, Annua, Cenador de Amós o Restaurante A’Barra
por citar algunos de ellos.
Y tu, ¿ofreces ya fotos en tu carta?
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