Monday, May 14, 2018

Cinco pasos para crear tu carta digital



«Una receta no tiene alma. Es el cocinero quien debe darle alma a la receta.» (Thomas Keller) 



En el ámbito de la restauración, las cartas digitales suponen una importante renovación de los menús clásicos, a día de hoy obsoletos. Aunque las nuevas cartas no se introduzcan para reemplazar por completo a las que ya se tienen en formato papel, desde luego refrescarán la imagen del establecimiento, que podrá contar en todo momento con una carta moderna y personalizada. 

La posibilidad de editar las fotografías de los platos, incorporar un filtro de alérgenos y modificar el menú cuantas veces se quiera, son algunos de los beneficios indiscutibles de esta herramienta. 

Asimismo, la carta digital reporta una enorme utilidad y es de fácil manejo, pero no está de más recordar los pasos a seguir para implementarla con éxito en la actividad de un local: 

1. Contratación del proveedor: será quien proporcione el servicio de carta digital al restaurante. Por esa razón, su elección resulta trascendental y es una de las decisiones más importantes que van a tomarse. De nada servirá el buen contenido de la carta, si el software no funciona y la experiencia del usuario termina siendo un fiasco. (Cómo debe y cómo no debe ser tu proveedor de carta digital)

2. Darse de alta: a continuación, una vez se ha resuelto la disyuntiva del proveedor, tocará darse de alta y comenzar a explorar las opciones que ofrece el servicio contratado. Entonces se configurará la carta digital con toda la información relativa a los menús, los precios, bebidas, etc. 

3. Adquisición de tablets: podrán comprarse o, simplemente, alquilarse. De igual modo, en función de las preferencias de cada local, habrá que calcular la cantidad necesaria, así como escoger alguno de los modelos del mercado. A este respecto, ya dimos algunos consejos para no equivocarse (Tablets, cuáles y cuántas). 

4. Descarga e instalación de la aplicación: se procederá a instalar la app en todas las tablets del restaurante, y, con solo introducir las credenciales en cualquiera de ellas, podrá accederse a la cuenta creada

5. Comprobación de los datos: por último, cabe revisar la información que se ha subido (platos, ingredientes, filtro de alérgenos, etc), y, después de verificar que todos los datos son correctos, habrá finalizado la tarea de editar la carta digital

Se trata de un proceso muy sencillo, pero Entrecartas ofrece un servicio complementario que sirve de guía en la creación y configuración de la carta, a fin de solventar cualquier dificultad que pueda presentarse. Para cualquier duda o consulta, escribid a info@entrecartas.com o llamad al 881 899 148

En resumen, la buena comida, mérito del chef, es la base sobre la que se sustenta el prestigio de un establecimiento hostelero. Pero, a estas alturas, ya se sabe que la presentación, el ambiente y el cuidado de los pequeños detalles consiguen fidelizar a los clientes. Una carta digital es la mejor forma de sorprender, haciendo solo una pequeña inversión, a la vez que se mantiene el espíritu original del restaurante.

Tuesday, April 24, 2018

Tablets para mi carta digital: ¿cuáles y cuántas?

«Cualquier tecnología suficientemente avanzada es equivalente a la magia.» (Sir Arthur C. Clarke) 


Las tablets se han convertido en el elemento estrella de todos aquellos restaurantes que apuestan por las nuevas tecnologías. Algunas de las principales cadenas de comida norteamericanas, como Applebee´s o Chili´s, llevan usándolas aproximadamente desde el 2013. 

Ya sea como contenedor de cartas digitales, filtros de alérgenos o encuestas de satisfacción, como instrumento de mejora de la gestión del establecimiento o para entretener a los comensales, su incorporación es, en estos días, sinónimo de vanguardia

En anteriores entradas de este blog se ha hablado de su aprovechamiento en beneficio del negocio, y se han dado una serie de consejos para no equivocarse a la hora de elegir proveedor (las tablets, filtro de alérgenos, encuestas de satisfacción, destaca la vinoteca, proveedor de carta digital, comandas). 

Pero, además de todas estas pautas, falta abordar otra cuestión al respecto que, desde luego, no es baladí: habiendo tantas alternativas en el mercado, ¿por qué modelo decantarse? ¿Cuáles son las tablets más adecuadas y cuántas deben comprarse para ofrecer un servicio de calidad? 

En principio, como criterio fundamental de diferenciación, se encuentra la finalidad de su adquisición. Si las tablets van a ir destinadas a enseñar los menús a los clientes, resulta preferible que sean de más de diez pulgadas, pues la nitidez de las imágenes de la carta y el consiguiente impacto visual serán mayores.

Por el contrario, en caso de dedicarlas únicamente a la gestión de las comandas, bastará con que tengan siete pulgadas, ya que su tamaño será más reducido y compacto, y los camareros podrán manejarlas con facilidad.


De cualquier modo, las tablets han de reunir una serie de características técnicas mínimas para ser eficientes y que la carta funcione con la fluidez deseada. A fin de garantizar la experiencia óptima de los consumidores, se recomienda que estén dotadas, al menos, de un giga de RAM y un procesador de 1,4 Ghz. 

Los precios oscilan entre los 90 y los 120 euros, pero no hace falta contar con tantas tablets como cartas en papel, pues en el momento de consultar su contenido, los clientes las compartirán entre dos o tres de ellos. Para calcular la cantidad aproximada, bastará con dividir el número de mesas del restaurante entre una cifra de tres o cuatro; así, por ejemplo, para un local de veinte mesas, será suficiente un aprovisionamiento de cinco tablets. 

En cuanto a la carta digital de Entrecartas, tiene la ventaja de haber sido diseñada para su absoluta adaptabilidad, ya que es compatible con cualquier tablet del mercado, sin importar las dimensiones de su pantalla, si bien en nuestra empresa operamos por defecto con Alcatel Pixi 3.



Por tanto, sea cuál sea la preferencia del restaurante, solo tendrá que decidirse por el modelo que mejor se ajuste a sus necesidades, y, una vez haya instalado la aplicación de Entrecartas, tendrá la oportunidad de sorprender a sus clientes y demostrar así su capacidad para renovarse al compás de los nuevos tiempos. 





Monday, March 26, 2018

¿Cómo debe y cómo no debe ser tu proveedor de carta digital?


“Allí donde hay una empresa de éxito alguien tomó alguna vez una decisión valiente.” (Peter Drucker) 



Una vez se ha decidido innovar, valorar las interesantes alternativas que ofrece la tecnología e introducir una carta digital entre las novedades de un restaurante, es momento de elegir al proveedor más competente del mercado. 

Lo fundamental, para no equivocarse, es analizar con minuciosidad las distintas posibilidades. Cualquiera que pretenda renovar o dinamizar su negocio con la incorporación de un nuevo producto, debe asegurarse de que su proveedor cumple una serie de requisitos indispensables. Una elección acertada marcará la diferencia y la calidad del servicio que, a su vez, se prestará a los clientes del restaurante

A continuación se recogen las características que permiten discernir cómo debe y no debe ser un proveedor de cartas digitales. De ese modo podrá deducirse su grado de fiabilidad a la hora de contratarlo: 

Cómo debe ser: 

En todos los ámbitos hay rasgos comunes que caracterizan la eficiencia profesional. En este sentido, ha de ser una empresa fiable, seria y comprometida, que tenga experiencia contrastada en su sector y pueda garantizar un excelente nivel de solvencia. 

Del mismo modo, y, en relación directa con lo anterior, es necesario subrayar una obviedad: la carta digital es un producto tecnológico, y, por tanto, requiere un desarrollo y un mantenimiento. A estos efectos, resulta de vital importancia que el proveedor proporcione un buen servicio técnico para resolver los problemas e incidencias que surjan en el menor tiempo posible. Y será un plus que extienda esa ayuda a otras áreas intrínsecamente vinculadas con la aplicación, como pueden serlo el alquiler de tablets o impresoras y el asesoramiento práctico para subir los menús a la carta

La misma relevancia comporta haber constituido un equipo multidisciplinar, especializado y competente, que pueda hacerse cargo de las necesidades de un hostelero en todos los aspectos relacionados con su actividad. Para ello no bastará solo con un grupo de ingenieros informáticos que sepa desarrollar un software a la altura, sino que también hará falta tener en la plantilla a un director comercial que se relacione con los restauradores y preste atención a sus inquietudes más inmediatas, así como disponer de un personal de soporte especialmente cualificado.

Cómo no debe ser: 

No serán buenas señales que el proveedor se muestre reacio a los cambios, que no asuma el deber imperativo de evolucionar en un mundo que permanece en constante mutación, así como que tampoco tenga una lista de precios definidos o interponga cientos de obstáculos para darse de baja. Además, será inevitable desconfiar de él si se muestra excesivamente lento al responder y tampoco ofrece un buen servicio de traducciones de los menús. Todos estos indicios componen una imagen muy negativa e indudablemente presagian una decepción segura.

En suma, la transparencia en la información, la vocación de ser útil y una buena gestión de los recursos, son rasgos definitorios de calidad. 

Por tanto, cabe recordar que las pautas que separan la excelencia de la mediocridad han sido siempre claras y sencillas, al fin y al cabo solo es cuestión de analizar al equipo humano que se encuentra detrás de cualquier artículo o servicio. La composición heterogénea de buenos profesionales, la concepción de un producto destinado a incrementar las ganancias del sector y la atención especializada son las notas que avalan un resultado satisfactorio. 



Así pues, Entrecartas se ha ganado, a fuerza de trabajo y tesón, el respeto de sus competidores, pues desde el primer momento ha aunado todos los requisitos deseables en un proveedor de cartas digitales. Pionera en un sector en auge, siempre se ha mostrado abierta a los cambios que demandan sus clientes, cuenta con un excelente servicio técnico y procura perfeccionar cada día más la calidad de sus aplicaciones.



Monday, January 29, 2018

Ventajas de administrar las comandas desde una tablet

«Camarero, ¿ve esa luna? Quiero ver esa luna en el champagne
(Lubitsch, E. 1932. Un ladrón en la alcoba)


El término «comanda» proviene del francés y se refiere a la anotación que hace el camarero de los platos y bebidas que demandan los clientes. La tipología es diversa, pero cualquiera que sea su formato, sirve además para emitir la correspondiente factura y observar las fluctuaciones del consumo. 

Ya sean realizadas en el área del bar, cafetería o comedor de un restaurante, todas revisten la misma importancia. Las comandas ayudan a gestionar la atención que se presta a los comensales, en la medida en que esta se realiza en función del orden de llegada, y a controlar los pedidos de cada mesa sin incurrir en molestas confusiones u olvidos. Asimismo, pueden contener la lista de platos que ha pedido cada cliente o contemplar también la posición que ellos ocupan en la mesa. Incluso es posible que incluyan anotaciones complementarias.

Por tanto, es fundamental que el equipo de un restaurante efectúe esta parte del trabajo sin cometer errores, pues de la efectiva administración de las comandas dependen el buen funcionamiento de la cocina y la calidad del servicio que se ofrece a los consumidores.

En anteriores entradas de este blog se ha insistido en la importancia de innovar, sorprender a los clientes e impulsar una gestión del negocio más eficiente a través de las herramientas que la tecnología ha puesto al alcance de los restauradores. En este sentido, se han analizado las múltiples ventajas de la incorporación de las tablets a la hostelería (tablets, ventajas carta digital, filtro de alérgenos), dado que actualmente se están convirtiendo en un auténtico «must have», y ha de añadirse que, también en el caso de las comandas, suponen un interesante complemento.

Si se pretende agilizar la atención de las mesas, evitar los innumerables desplazamientos de los camareros a la cocina, y coordinar adecuadamente el trabajo del personal del restaurante, la sustitución del bolígrafo y el papel por una tablet constituye, sin duda, la decisión más acertada

Por difícil que sea complacer las aspiraciones de los consumidores, de la plantilla de camareros de un restaurante se espera que sea capaz de interpretar al pie de la letra los deseos de cada uno, si bien la buena voluntad nunca suple la falta de medios técnicos, y por ello, nada resulta más rentable que hacer una pequeña inversión en un software especialmente destinado a cubrir algunas de las principales limitaciones humanas.

Entrecartas ya tiene disponible la opción de enviar las comandas directamente a una o varias impresoras. De esa manera los camareros podrán trasmitir a la cocina toda la información relativa al pedido, sin necesidad de perder el tiempo en trasladarse, y en consecuencia, se mejorará tanto la comunicación entre los miembros del equipo como la capacidad de reacción ante las diversas exigencias de los clientes.


La rapidez y la calidad del servicio son dos de las cualidades más apreciadas por los consumidores. Con esta nueva funcionalidad, además, los propios comensales podrán efectuar sus comandas desde la tablet si así lo prefieren, de modo que liberarán a los camareros de esta tarea, y se reducirán los riesgos de malinterpretar sus palabras en cuanto a los menús y bebidas elegidos. Así pues, al digitalizar el proceso de registro de los pedidos se ahorra tiempo y se optimiza el trato con los clientes.




Wednesday, December 13, 2017

Navidad a la carta

«Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante... Regresemos a nuestra fe infantil
(Grace Noll Crowell)



Las delicadas notas de Moon River, magistralmente tocada en un piano de cola negra, impregnaban el restaurante. Enseguida se dio cuenta de que aquella melodía agridulce, que se combinaba con la iluminación tenue que desprendían los farolillos repartidos por la estancia y las velas colocadas en el centro de las mesas, otorgaba al local una atmósfera mágica. La decoración vintage, a pesar de incurrir en algunos anacronismos, y los elegantes uniformes del personal, conseguían crear un indudable ambiente romántico. No cabía duda de que la clientela apreciaba la decoración casi cinematográfica, la música suave y la solemnidad de los camareros encorsetados en su papel, a juzgar por el hechizo que todos aquellos elementos ejercían en los asistentes.

No había un solo sitio libre y Miguel Ángel tuvo que sentarse en la barra. De ese modo pudo analizar, no sin desagrado ni cierta fascinación morbosa, las causas de que su pequeño negocio familiar hubiese sido desplazado en las últimas semanas. Una famosa franquicia de restaurantes había conquistado algunos de los principales puntos de la costa gallega, provocando el desplome de muchos hosteleros tradicionales, y, para su desgracia, desde que también se habían instalado enfrente de ellos, las consecuencias eran similares. 

Le dolía reconocer que la competencia les había arrasado con su despliegue de efectos especiales. Pero, después de ver a muchos de sus antiguos clientes disfrutando de una agradable velada en aquel local, Miguel Ángel regresó a su restaurante cabizbajo y pensativo. El invierno en aquella diminuta localidad pesquera se manifestaba en forma de vientos huracanados y chaparrones tormentosos, así que se guareció debajo de su paraguas y cerró todos los botones de su abrigo para protegerse. Allí nunca les llegaba la nieve que embellecía los paisajes de las postales navideñas, pero en aquellos días podían observar al mar embravecido rompiendo con furia contra las rocas, bajo un cielo permanentemente brumoso, como si una tempestad bíblica se hubiera desatado.

Su hija y su cuñado le esperaban charlando en mitad del comedor vacío. Otra noche más cerrarían el restaurante sin apenas haber hecho caja y los tres sabían que aquella situación no sería sostenible durante más tiempo. Si no conseguían captar nuevos clientes y recuperar a los antiguos, no podrían hacer frente al pago de las nóminas de los camareros en diciembre. No era una buena manera de acabar el año y menos aún de enfrentar al futuro.

—¿Cómo es? —le preguntó Sofía, su hija. A pesar de su tez blanca, sus vivaces ojos azules y la inocencia que emanaban sus facciones, ya era una mujer adulta, pues había alcanzado la treintena con gran fortaleza de carácter y una marcada personalidad. Ella les alentaba a todos cuando se dejaban vencer por el pesimismo. —¿Qué tiene de especial ese sitio?

—Mucha parafernalia, con un aire muy esnob y un pianista en directo —masculló él. —Pero es bonito.

—Pues algo habrá que pensar —intervino Luis, su cuñado.

—No tenemos dinero para competir con ellos. Nosotros no podemos permitirnos contratar música en vivo ni hacer una reforma semejante del restaurante —repuso Miguel Ángel, consciente de que su escaso presupuesto no podía asumir un desembolso tan grande. —No sé qué más podríamos intentar.

—Algo habrá que hacer —insistió Sofía. —Llevamos aquí casi medio siglo, no podemos desaparecer como si no tuviéramos una historia detrás. Por eso he estado buscando en internet estrategias para consolidar o remontar un negocio. 

Miguel Ángel se sentía anímicamente muy cansado, pero se sentó en una silla, dispuesto a escuchar las ideas de su hija. 

—Creo que lo más importante es diferenciarnos de ellos, ofrecer algo distinto, encontrar un nuevo estilo que refuerce nuestra imagen —agregó ella. 

—Diferentes de ellos ya somos —opinó Luis. —Y no parece beneficiarnos. 

—Porque nos hemos quedado obsoletos. Heredamos el restaurante de los abuelos, con una clientela más o menos afianzada y nos acomodamos —objetó Sofía. —Supongo que ese ha sido nuestro error. 

—¿Y qué propones? —preguntó Miguel Ángel, cansado de tanto rodeo. —Te escucho. 

—Pues, veamos: en primer lugar, creo que los expertos a los que he leído tienen mucha razón al sostener que la tecnología es una herramienta poco exprimida y que ahí hay un filón. Además, nuestra competencia presume de tener música en vivo, decoración con tintes de época y menús en papel, ¿verdad? Estaría bien ser lo opuesto: modernos y actuales. 

—¿Y cómo hacemos eso? 

—Bueno, ahora me explico —Sofía hizo una pausa. —Seguro que no todos los clientes estaban escuchando de verdad al pianista, muchos hablarían entre ellos o se entretendrían con sus tablets y smartphones, ¿a qué sí? 

Miguel Ángel asintió con la cabeza, aunque no tenía claro adonde conducía la argumentación de su hija. 

—Propongo sustituir los menús en papel por cartas digitales, que los clientes podrán consultar en nuestras tablets, contar con una aplicación móvil y mejorar nuestra página web —soltó, al fin. 

—¿Y eso para qué? —preguntó Luis, mientras se mesaba su frondosa barba. 

—¡Pues para llamar su atención! He visto que una empresa gallega de informática se ocuparía de todo. No es muy caro. A cambio dispondríamos de cartas digitales, que se pueden modificar a menudo, de forma más rápida y sencilla, también tendríamos la posibilidad de subir nuevas fotografías de nuestros mejores platos, de añadir una extensa vinoteca y tener actualizados los filtros de alérgenos. Además, con las encuestas de satisfacción, los clientes nos darían su opinión al acabar de comer. 

—¿Crees que eso funcionaría? 

—Al menos, tenemos que intentarlo. Es algo diferente e innovador, papá. 

—Bueno. ¿Y cómo lo ponemos en marcha? —inquirió Luis. 

—Hay que hacer publicidad. Compramos las tablets, contratamos el servicio y lo publicamos en la web, en las redes sociales y en la app móvil. Podemos hacer distintas ofertas para Navidad, atraer a los consumidores con el uso de la tecnología como novedad y así plantar cara a los cursis de enfrente. 

—Te doy total libertad para organizarlo, Sofía —aceptó Miguel Ángel, contagiado por su resolutivo entusiasmo. 

—Pediré a los camareros que me ayuden a modificar la decoración, a elegir música de fondo, aunque no sea en directo, y a retocar la iluminación. Les sorprenderemos —aseveró ella, con una gran sonrisa de esperanza perfilada en los labios. 


Organizaron el evento para la víspera de Nochebuena, esperando que en esa fecha pudieran asistir más personas. Siguiendo las instrucciones de Sofía, distribuyeron candelabros y flores de Pascua por las mesas, eligieron varias versiones instrumentales de villancicos tradicionales como música de fondo, repartieron las tablets entre los primeros comensales y les preguntaron qué postre preferían como colofón a su cena. 

Lo cierto fue que las expectativas de Sofía eran tan altas que no pudo disimular la decepción ante su padre cuando solo acudió una docena de personas. Habían repartido invitaciones, avisado a sus vecinos, amigos y clientes más antiguos, así como también habían difundido la noticia en facebook y twitter, y aún así no habían suscitado gran interés. Pero no consintió que su ánimo decayera por ello. Se empeñó en continuar de forma invariable con sus planes. 

La sorpresa fue común en los comensales cuando vieron dibujados sus nombres en la felicitación personalizada que el cocinero había incluido en cada uno de los postres que ellos eligieron al acomodarse en sus mesas. Además, una vez pidieron la cuenta, las parejas de enamorados y los matrimonios recibieron como obsequio una pareja de tórtolas, así como a los solteros y grupos de amigos les regalaron unas campanas de cristal para adornar el árbol de Navidad. 

Curiosamente, una encantadora octogenaria se reveló como la admiradora más apasionada de la carta digital. Doña Mercedes llevaba más de una década sorda como una tapia, y, como además estaba viuda, a menos que alguno de sus hijos o nietos la acompañara al restaurante y le sirviera de intérprete, no podía entender bien las explicaciones de los camareros. Siempre tenía que subir al máximo el volumen de su audífono y se veía forzada a hacer innumerables esfuerzos para leer los labios de los camareros si quería asegurarse de no envenenarse con aquellos ingredientes que, a su edad, le provocaban intolerancia. El filtro de alérgenos le permitió eliminar de la carta todos aquellos platos que podían perjudicarla, y, aunque no oyera con claridad la respuesta de Sofía, la felicitó sinceramente por aquel nuevo mecanismo que, al menos a ella, le simplificaba enormemente la vida. Y, desde entonces, aquella buena señora se presentó cada domingo a comer. 

—Al menos tenemos la satisfacción de que todos se han ido contentos —le dijo Miguel Ángel, una vez despidieron al último cliente y cerraron las puertas del restaurante. — Ha sido la mejor noche en mucho tiempo. Tu madre estaría orgullosa. 

Sin embargo, aquel ligero repunte en su negocio no resultaba suficiente. Sofía siguió enviando notificaciones y correos electrónicos, discurriendo ofertas atractivas y creando nuevos eventos, y el boca a boca les ayudó a impulsar su poder de convocatoria. 

No recibieron demasiados clientes durante el resto de fiestas navideñas, pero, a petición de Sofía, su cocinero elaboró una carta de platos ideada especial y únicamente para el día de Año Nuevo, y, por fin, a mediodía, lograron un lleno absoluto. En una localidad pequeña la predilección de unos cuantos por un local se contagiaba instantáneamente a los demás, pues las modas mudaban al compás del gusto de sus habitantes, sin aceptar influencias externas que no obedecieran a sus deseos inmediatos. Y, por lo que parecía, aquel restaurante prediseñado para un público de personalidad única, que les hacía la competencia desde el otro lado de la playa, estaba perdiendo su capacidad sugestiva. 

Mientras el restaurante bullía de actividad, algunas familias esperaban a que las mesas se desocuparan para poder entrar a comer y los camareros corrían apurados de la cocina al comedor, Miguel Ángel cedió la dirección del personal a su hija, y salió a tomar el aire. Aquella fría mañana de enero era, sin embargo, muy serena. Desde las puertas de su establecimiento podía divisar una línea de mar azul en perfecta calma, bajo los rayos de un sol resplandeciente, y escuchar el lejano canto de las gaviotas. Se colocó la bufanda al cuello y aspiró el olor a salitre que inundó sus pulmones. 

En un par de meses estaría ya jubilado, y podía sentirse tranquilo. Estaba convencido de que su hija salvaguardaría la memoria familiar con la misma dedicación, pericia y entrega de la que él había hecho gala a lo largo de los años. Y también sabía que, a pesar de los altibajos y las complicaciones que hubiera de afrontar, saldría adelante con una visión intuitiva de lo que necesitaban sus clientes. Al fin y al cabo, aquella Navidad había obrado un pequeño milagro. El milagro de la renovación.



¡Entrecartas os desea unas Felices Fiestas!




Wednesday, November 15, 2017

Marketing promocional, ¿sabes cómo sacarle el máximo provecho?

«La estrategia, el sentido de la oportunidad y del momento exacto, son las altas cumbres del marketing. Todo lo demás son apenas colinas.» (Al Ries)


El marketing promocional se concreta, según el Ministerio de Educación, en el conjunto de acciones tendentes a conseguir un impulso extra de un producto determinado, con el fin de repercutir efectivamente en el nivel de ventas del mismo. Mediante esta táctica los consumidores no solo perciben la oferta del producto, sino que lo aprecian desde la óptica de un «plus promocional».

Ya sea aplicando técnicas de inbound marketing, destinadas específicamente a la atracción de clientes, o de outbound marketing, más centradas en medios tradicionales que requieren mayor presupuesto; parece indiscutible que la pervivencia de cualquier negocio depende de ellas. Lo fundamental será discernir qué opción se amolda mejor a las necesidades y el presupuesto de cada caso y actuar en consecuencia.

Así pues, toda empresa despliega sus propias estrategias para captar nuevos clientes y fidelizar a los antiguos. No conviene, sin embargo, aturdir a los clientes con un exceso de propaganda, porque probablemente se sentirán agobiados y no serán capaces de elegir. Las promociones de un restaurante deben ser capaces de aunar al mismo tiempo métodos de persuasión y contenidos innovadores. Dicen que lo más importante es experimentar con los cambios y evaluar los resultados obtenidos.

Por tanto, en este ámbito concurren dos aspectos, ya que, a los posibles canales de difusión de las promociones (internet, televisión, radio, prensa, revistas, etc), hay que añadir la decisión de cuál será el objeto de las mismas (descuentos, cupones, sorteos, regalos, etc). Es bueno hacer hincapié en los precios, que no por ser más bajos van a incrementar el atractivo del local, pues lo que cuesta un poquito más, también se valora más. Por otra parte, un factor determinante en publicidad es la inteligente manipulación de las emociones, pues las sensaciones que un restaurante sea capaz de despertar en sus clientes contribuirán a labrar una imagen muy concreta de él en el mercado.


Asimismo, estas ofertas han de llegar tanto a potenciales clientes como a los más antiguos, ya que es preciso premiar y afianzar la fidelidad de estos últimos y no solo concentrarse en conquistar a los nuevos. También en ese sentido, a fin de que la atención que se brinda a los consumidores sea la mejor, el personal del local debe conocer plenamente el alcance de dichas promociones. Ninguna estrategia de marketing funcionará si alguna de las partes está desinformada.


Ya hemos hablado del papel trascendental que desempeñan internet y las nuevas tecnologías. La publicación en las redes sociales y en la propia web del restaurante, son poderosos medios para dar a conocer novedades y eventos. De igual modo, puede recurrirse al envío de correos electrónicos, siempre y cuando se tengan los datos y el consentimiento de los consumidores, ya que, de lo contrario, el efecto será negativo y estos mensajes indiscriminados acabarán en la bandeja de spam.


No obstante, ni facebook ni twitter son herramientas suficientes. Precisamente, como ya hemos comentado en otros posts, si se trata de innovar y sorprender a los clientes, debe arriesgarse en la adopción de nuevos mecanismos que diferencien al restaurante de la mayoría, o, al menos, le den un toque más creativo e ingenioso.

A este respecto, Entrecartas ofrece interesantes alternativas de marketing. En concreto, los hosteleros pueden añadir sus ofertas a la carta digital, que se visualizará en una tablet, así como subirlas a su página web y a la aplicación móvil. Además, por medio de esta app, tendrán la posibilidad de enviar notificaciones a todos aquellos clientes que, alguna vez, hayan estado en el local y se la hayan descargado.


Por tanto, a través de estos tres cauces, los restaurantes serán capaces de poner en marcha nuevas estrategias que, a diferencia de otros sistemas más costosos, suponen una inversión mínima y contribuyen a mantener fácilmente actualizadas todas sus promociones. 



Tuesday, October 3, 2017

Diez claves que mejorarán tus fotografías gastronómicas


«Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje.» (Henri Cartier-Bresson)


La fotografía es una forma de expresión, que, desde su invento y a lo largo de la historia, se ha convertido en un fenómeno de masas. Una buena imagen, capturada en el momento preciso, puede provocar diversas emociones en el espectador, y no es de extrañar que este oficio se haya elevado a la categoría de arte.

Como medio publicitario, su valor es incalculable. Y en lo que tiene de influencia en los consumidores, en su poder de atracción, se comprende su uso generalizado.

En ocasiones, en el campo de la restauración, se sacan fotografías mediocres, ya que se puede incurrir en el error de restar importancia al efecto que producen en los comensales. Otras veces, sin embargo, no puede asumirse el coste de pagar a un fotógrafo profesional, y también es posible que algunos restaurantes no sepan aprovechar los medios que tienen al alcance para suplir la labor de un experto.

Bastará con disponer de una cámara de calidad media-alta, ya sea compacta, réflex o parte de un smartphone, y tener en cuenta algunos trucos para obtener buenos resultados sin necesidad de contratar los servicios de un fotógrafo.

A continuación enumeramos diez consejos que serán muy útiles a la hora de tomar fotografías del establecimiento y del menú:

1. Resulta recomendable recurrir a vajillas blancas u oscuras, incluso a soportes de madera, dependiendo de los casos, ya que, gracias al contraste que producen con el colorido de la comida, esta destacará notablemente sobre el fondo empleado.

2. Una guarnición bien colocada, servirá como decoración del plato y ayudará a resaltar el atractivo de dicha combinación. Eso sí, tampoco debe caerse en el exceso y ha de impedirse que la mezcla se convierta en un desorden barroco de productos.

3. La iluminación natural evitará la distorsión de los alimentos y propiciará la creación de un ambiente agradable que se verá reflejado en la imagen. Es, por tanto, preferible situarse cerca de una ventana para tomar la instantánea. Asimismo, los colores suaves y cálidos le darán un toque indiscutiblemente acogedor al restaurante. 

4. Conviene fijarse en la perspectiva y profundidad que tendrá la fotografía, así que, al tomarla, deberá enfocarse desde arriba. Además, habrá de mantenerse la fidelidad a las texturas y colores originales de la comida, ya que los tonos ambarinos o verdosos podrían inducir a pensar que se ha cocinado en mal estado. Para ello, lo más conveniente es prestar atención al balance cromático de la cámara. 

5. Las reseñas de los platos, comentando los ingredientes y la preparación de los mismos, constituirán un excelente complemento a las fotografías.

6. Igualmente, debe plasmarse el espíritu del negocio, y para ello, han de cuidarse los detalles de la luz, los manteles, la cubertería y el orden en la distribución de las mesas. Tanto si se trata de un restaurante elegante, romántico o familiar, las notas que le hagan especial, así como unas bonitas vistas o los rincones más llamativos del establecimiento, ayudarán a captar la atención de los clientes.

7. Imprescindible a fin de generar una impresión favorable en los comensales será la pulcritud del local, que les invitará a imaginar una cocina limpia donde la manipulación de los alimentos se hace de forma higiénica y cuidadosa.

8. Una imagen del equipo, con el chef y los camareros, reconocerá su valía como profesionales y descubrirá a los seres humanos que se encuentran detrás de la preparación del menú.

9. La resolución de las fotografías definirá su calidad final. Es importante procurar que sea la mejor. En este sentido, bastará elegir los ajustes adecuados (una ISO baja garantiza la disminución del ruido de la imagen). Asimismo, pueden hacerse retoques posteriores (brillo, tamaño, encuadre, etc), siempre que se sepa hacerlos y no empeoren el resultado. A continuación citamos algunos programas de edición:

*Programas online: Splashup, Snipshot, Phixr, Picnik, Fix Picture, Picnik, etc.

*Programas de descarga: Photoshop, Gimp, Picture manager, etc.

10. Buscar inspiración en las composiciones y fotografías que aparecen en revistas o blogs especializados, a fin de optimizar las imágenes, es un recurso que emplean muchos profesionales.

Según el viejo proverbio chino, una imagen vale más que mil palabras. Y no hay mejor forma de despertar la curiosidad en los consumidores que a través de una fotografía que muestre las delicias gastronómicas del restaurante, pues los estímulos visuales funcionan como resortes de nuestros deseos. 




En Entrecartas facilitamos varios servicios que subrayan las virtudes de un restaurante y consiguen atraer más clientes. Las fotografías pueden convertirse en una publicidad inmediata en las redes sociales y además sirven para ilustrar las cartas digitales, actuales sustitutas de los obsoletos menús en papel. Y, cuando se persigue la excelencia, la renovación y la mejora constante son imprescindibles.